Podría estar muerta.
Podría suicidarme
y quedar congelada sobre la nieve,
llenándome de escarcha...
Me inundo de desasosiego.
Me pregunto: “¿…querés estar muerta…?”
Sí, quiero estar muerta.
Quiero bajarme
de esta locomotora,
motora loca,
descontrolada,
cabeza descompensada.
¡Basta!
No quiero más.
O no.
Talvéz...
estoy derritiendo el hielo que cubrió mi brazo
el día que decidí no amar más…
Estoy extendiendo mis dedos aterrorizados,
escuchando el aliento que dice:
"No hace falta matar"
Talvéz...
estoy barriendo el letargo de mi cuerpo
sacudiendo...
Encontrando Presencia.
Encontrando Fuerza.
Encontrando Fe.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario