jueves, 7 de febrero de 2013

7 de Febrero

La tristeza.
Tristeza que me sorprende y me descoloca porque no sabía que decirte a vos que se terminó me entristecería.  Me preguntás porque no quiero más.  No sé cómo explicarte.  Es que no me siento afín a este juego.
Y vos me empezás a decir que me tomó la moral, que es porque estás con alguien, que convos me dió el "autoestimazo".
No es porque estás con alguien y no es moral.
No es que de repente siento me estimo y vos no me das.  No es que espero algo de vos. Lo que me diste tuvo su sentido y me hizo bien.

Es que ahí hoy convos no crezco.
No me sensibilizás.
Y necesito crecer...

Y cuando te lo dije, que no quiero verte más como hasta ahora, me entristecí, eso de saber que con alguien ya no más.  Algo irrevocable, frío. Una emoción dificil de sostener.  La Muerte, que le dicen.  Que además fue lo que el Tarot dijo nos convocaba:  La Muerte.  También es extraño que me entristecí un segundo nomás.  No sé porque tan poquito, de repente me entumecí.  Y pensé que el entumecimiento es tuyo.  Y mío, si viví algo convos.  Se ve que tu entumecer me compete. Y después me dijiste que me eliminás de tus contactos, porque amigos no somos.  Yo sentí que sí.  Y sí, el entumecimiento todo.

No me importa si amigos, o amantes, o novios, o casados, o lo que sea.
A la mierda con el rótulo.  Que además para cada ser significa algo diferente.
Lo que me importa es que nos miremos a los ojos y nos toquemos el corazón y estemos para abrazarnos y reflejarnos y ponernos límites y ayudarnos a crecer.
Porque la necesidad se descubre en el encuentro.

De la forma que tome se ocupa Dios.





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